La conciencia de que el trabajo humane es una participación en la obra de Dios debe llegar -como ensena el Concilio- incluso a "los quehaceres mas ordinarios". Porque los hombres y mujeres que, mientras procuran el sustento para si y su familia, realizan su trabajo de forma que resulte provechoso y en servicio de la sociedad, con razón pueden pensar que con su trabajo desarrollan la obra del Creador, sirven al bien de sus hermanos y contribuyen de modo personal a que se cumplan los designios de Dios en la historia" (GS 34)
Papa Francisco:
"Les pido a quienes tienen responsabilidad política de no olvidar dos cosas: la dignidad humana y el bien común".
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